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Como decíamos en artículos anteriores las prácticas de Mahamudra y Dzogchen son las últimas prácticas del tantra budista tibetano, y a la vez son un método completo para la iluminación. En este caso vamos a hablar del Dzogchen, traducido como "la Gran Perfección" o "Gran Plenitud", se considera la enseñanza más elevada tanto del Bön ‒religión del Tíbet anterior al budismo‒ como de la tradición Nyingma del budismo tibetano. Aunque también hay prácticas de Dzogchen en la tradición Kagyu. Se le llama "la gran esfera única", y aunque única se describe con tres aspectos: la base, el camino y el fruto. Base porque el fundamento del Dzogchen es el estado primordial de la mente; camino porque es el camino supremo y directo hacia la realización; y fruto porque es la consumación de la iluminación. La práctica esencial de Dzogchen es la "autoliberación": permitir que todo lo que surja en la experiencia exista tal como es, sin ninguna elaboración por parte de la mente conceptual y sin codiciarlo ni rechazarlo.